Traductor-translate

English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Widget ofrecido por www.ayudaparamiweb.com

sábado, 31 de marzo de 2012

Osasuna 1 Real Madrid 5. Manita en territorio hostil


Pamplona es una ciudad que suele despertar sudores fríos entre los madridistas. La inquina de la afición hacia la camiseta blanca, la estrechez del verde y la motivación extra de los jugadores de casa suelen generar emboscadas y algunas caídas estrepitosas como las de la temporada pasada. En esta visita había hasta una fiesta universitaria diseñada para el desparrame en las inmediaciones del hotel de concentración. Eso y, por supuesto, las dudas arrastradas desde Villarreal. Pues el Madrid respondió a un desafío clave y en un momento decisivo de la temporada con una actuación sobresaliente, que cuajó además en una goleada revitalizadora.
Se plantó el Madrid sobre el campo para mandar y se impuso con autoridad desde el pitido inicial. La alineación de Mourinho, plagada de jugones y con toda la dinamita arriba, fue la génesis de algo que se pareció mucho a una exhibición. Con Xabi Alonso y Granero cirulando fluidamente la pelota y con Marcelo ensanchando el terreno por la izquierda daba la impresión de que el antiguo Sadar había aumentado sus dimensiones. Ya no había sentimiento de encerrona, ni batallas cuerpo a cuerpo por balones divididos. Lo que se trazaba sobre el césped era una posición racional de los espacios, rigor táctico y, sobre todo, calidad en cada una de las facetas ofensivas del juego. 
El plan empezó pronto a revelar sus dividendos con una obra de arte que dará la vuelta al mundo y se quedará para siempre en la memoria de los exquisitos. CR7 tiró varios amagos por el lado izquierdo y puso un centro a Benzema, quien empaló el esférico sin dejarlo caer y lo mandó cruzado y violento a la escuadra de Roberto. La tarde ya se podía dar por bien empleada solo con ese gesto, pero todavía quedaban más. Cristiano amenazó con varios disparos de trayectoria envenada desde lejos. Serían los preliminares de otro chicharro excepcional, fruto de un misil que entró por el mismo lado de la portería osasunista. Solo faltaba Higuaín por sellar un golito del potentísimo tridente y la cuenta  quedó zanjada antes del receso. Gracias a uno de sus típicos desmarques en profundidad se plantó ante el solitario guardameta, batido finalmente con un toque picadito y sutil. 
La tarde se hizo noche al regreso del vestuario y provisionalmente pareció oscurecerse el paisaje cuando Nino estrechó las diferencias con un certero cabezazo. La posibilidad de una desgracia terrible aumentó cuando Higuaín y CR7 se hicieron un lío sobre a quién le correpondía rematar a puerta vacía cuando el primero ya había superado al guardameta. La clamorosa confusión le dio más aliento a Osasuna, que achuchaba a base de centros comprometedores para Casillas. El portero tuvo que intervenir además a un remate lejano y raso de Nekounam. Y ahí terminaron las incertidumbres. 
Una falta al borde del área botada por Cristiano tropezó en un defensa y se alojó en las mallas. De una hipótesis que pudiera resultar comprometedora se pasó a la opción de una manita, circunstancia que se hizo realidad gracias a un remate a placer con la testa de Higuaín. Ya solo quedaban los cambios y la opción de una goleada histórica. De momento, entraron Coentrao por el Pipa y, excelente noticia, Di María por Özil. Que el argentino abre una alternativa muy especial en el ataque es un secreto que todo el mundo conoce sobradamente. Lo mejor que se puede concluir es que actuó sin miedo, aunque no tuvo margen para grandes alardes. El pescado estaba vendido, aunque todavía entraría Varane y fallaría Coentrao una oportunidad muy clara, únicas noticias para el epílogo. Epílogo feliz, que permite coger oxígeno y encarar de forma mucho más optimista el tramo concluyente de esta Liga.

jueves, 29 de marzo de 2012

Raúl, capitán eterno


Uno no puede llevar la prosa en la sangre y el madridismo en el corazón y permanecer ajeno a un nuevo espectáculo de Raúl. El 7 es eterno. Posee el carácter mítico del dios pequeño que lo consigue todo a pura insistencia. No hay manera de doblegar su voluntad. Ha sido elegido por el destino para impartir la gran lección moral: no existe la rendición y solo sirve la prédica del ejemplo. Habla el trabajo. El orgullo. La vergüenza torera. 
A pecho descubierto puso en entredicho a un Athletic que lo tiene todo, desde el talento natural a la energía juvenil. Raúl carece de semejantes virtudes, pues en el reparto de los dones se quedó sin una técnica privilegiada y ya suma 35 añazos. Pero da igual. En solitario, incansable y ambicioso puso contra las cuerdas a su rival y nos mostró a todos, una vez más, en qué consiste exactamente el camino de la dignidad. 
Marcó dos grandes goles, uno fruto de la inteligencia y otro de un golpeo con el alma desde fuera del área. Le tiró un caño mágico a Llorente en la línea de fondo, diseñó una vaselina y repartió juego desde el centro del campo. Se quedó a centímetros del triplete, pero en su forma de entender la competición hay algo que está por encima de unos números tan escandalosos como su larguísima ausencia de la selección española: en el minuto 65 se dio una carrera rabiosa para presionar la triangulación de los rojiblancos. Lo hizo con la cabeza bien abajo y con el alma como poseída. Él, que ha ganado prestigio, dinero y fama para aburrir. Que goza como nadie del derecho a ahorrarse algún gramo de energía. Que juega en un equipo de segunda fila de un país segundón en lo que a clubes se refiere. Pues no, prefirió pegarse el palizón en ese y en otros lances. 
Otra noche para la emoción químicamente pura del sentimiento madridista más auténtico. Muchas gracias, Raúl, el capitán que cualquier soldado quisiera tener al mando. 
Te esperamos.

martes, 27 de marzo de 2012

APOEL 0 Real Madrid 3. Y Marcelo iluminó la noche


Entró Marcelo y el APOEL cayó sobre el suelo como fruta madura. Antes el Real Madrid había desgastado al equipo chipriota con un ejercicio de fútbol control, pura meditación a la espera del golpe definitivo. Lo propinó un lateral brasileño de aires lúdicos, espontáneo e imprevisible. Marcelo y Kaká saltaron al terreno de juego con 0-0 y lo abandonaron con 0-3. Lo mejor es que tuvieron una participación muy directa en los dos primeros goles y, sobre todo, aprovecharon las grietas que sus compañeros habían horadado con paciencia. Y el Madrid liquidó el sueño del APOEL y selló su pasaporte a las semifinales, probablemente con destino a Munich, aunque eso ya se verá. 
Kaká condujo la pelota con la cabeza levantada y vio a Benzema romper solo por el centro. Se la puso medida en la cabeza y el francés, que había tenido un error clamoroso en la primera parte, remató certeramente. Si el APOEL apuraba las opciones de algún error suelto para ganar el partido sus esperanzas se derrumbaron de forma estrepitosa. A partir de ahí, todo resultó mucho más sencillo. No es que los locales cambiaran de planes, es que ya habían corrido lo suyo detrás del esférico. Fueron los visitantes los que no alteraron la misión e insistieron en la goleada, que terminó llegando. Marcelo entró como un cuchillo en mantequilla derretida y le cedió con un lacito el 0-2 a Kaká. Y ya a los postres hubo un última concesión a la gula con un contragolpe que Özil concluyó con su enésima asistencia a Benzema. 
La alegría de los goles no eran un mero maquillaje numérico. Incluso en la primera parte, mucho menos lustrosa, el Madrid fue dueño absoluto del juego. Casillas asistió mudo a 45 minutos en los que sus colegas acumularon un par de oportunidades escandolosas y al menos tres llegadas de mucho peligro. Su enemigo también estaba todavía entero como un toro animoso y a espera de picador. Algo lentos, los blancos controlaban los ritmos, quizás huérfanos de profundidad pero indiscutiblemente rigurosos.
Parte de ese rigor tuvo que ver con Sahin. Mourinho sorprendió a medio planeta futbolero con la alineación del hasta ahora gran fiasco de la temporada. La apuesta era puro riesgo, pues de salir bien se le podría reprochar su falta de confianza hasta la fecha y de hacerlo mal podría parecer hasta una encerrona al chaval. Al margen de los juicios de intención, lo cierto es que el mediocentro respondió con una actuación más que notable. Intuitivo tácticamente, sacó además la pelota jugada con criterio, cerró espacios con decisión y, sobre todo, tuvo un par de rupturas insidiosas que mataron a los defensas del APOEL, especialmente una que Benzema acabó mandando increíblemente a las nubes.
Que el Madrid está en semifinales es un hecho certificado. Puede incluso ahorrarse noventa minutos de combustible en todos unos cuartos de final, en gran medida fruto de la debilidad del contendiente que por una vez tocó en suertes. Pero uno, ante la catarata de mensajes despreciativos de muchos de esos periodistas que imparten majestuosas lecciones de ética deportiva, prefiere rendir homenaje a sus esforzados jugadores y a esos aficionados que lloraban en la grada con una mezcla de orgullo y tristeza. Al menos, les queda el consuelo de haber sido eliminados por el equipo más grande de la historia del fútbol y de haber visto jugar a un tipo llamado Marcelo. Que les vaya muy bien.

sábado, 24 de marzo de 2012

Real Madrid 5 Real Sociedad 1. Terapia de goles


El insomnio, los principios de depresión y las crisis nerviosas son más fáciles de atajar con prontas terapias. Cuando semejantes dolencias afectan a un equipo de fútbol el mejor tratamiento es una victoria urgente y holgada. La logró el líder con una solvencia nítida y ante un oponente muy frágil, que pagó los platos rotos. Jugó muy enchufado el Madrid, ambicioso y concentrado, lo que no resulta sencillo después de una semana tan difícil. De este modo mantiene los seis puntos de ventaja a la espera de una importante visita al Reyno de Navarra, que puede marcar el signo de la recta final de la competición. 
Eso será dentro de una semana. Mientras tanto salió el Madrid a curarse y encontró pronto la medicina del gol. Apenas habían pasado cinco minutos y Benzema arrancó desde la derecha para pasarle la pelota a Higuaín, quien enganchó de primeras un derechazo que se comió Bravo. El 1-0 no fue sino una  metáfora inmediata que explica la primera parte: la Real poblaba con cinco defensas su línea  defensiva y Benzema se movía entre ellas y por las bandas con una prestancia excepcional. La verdad es que el francés y el argentino se entienden a las mil maravillas ya que su carácter complementario está fuera de toda duda. 
A la dupla ofensiva se le sumó también CR7, aunque necesitó tres oportunidades para hacer el 2-0. Bravo le sacó en primera instancia un mano a mano rematado con la zurda. Y minutos después no acertó a enganchar con la cabeza una pelota franca y a un metro de la portería. A la tercera fue la vencida, gracias además a un Kaká inédito que solo apareció para ver el hueco por el que se colaba Ronaldo, al que habilitó muy eficazmente. El portugués aguantó y remató con precisión para sumar su centenario gol con el Real Madrid, cifra que empequeñece cualquier comentario que se pueda hacer al respecto. 
Todavía quedaba más. Los locales jugaban a placer y Benzema se incorporó a la ilustre nómina de goleadores. Xabi levantó la cabeza desde su campo y protagonizó uno de esos desplazamientos kilométricos que tanta fama le han dado. El galo bajó la pelota con el pecho y la elevó por encima del portero realista. Así las cosas, cuando parecía que la Real iba a coleccionar un saco de goles en contra maquilló provisionalmente el palizón por culpa de un rechace con la cabeza de Ramos que desvió el remate previo de Agirretxe.
No le sirvió de mucho. Su rival volvió enchufadísimo del descanso y muy pronto Benzema amplió sus cifras tras asistencia al primer toque de Khedira. Los hombres dirigidos por Mourinho no escatimaron energías y presionaron a sus visitantes como si el marcador no reflejara una superioridad abultada que se hizo aún más amplia cuando Varane mandó una pelota al espacio de Higuaín, quien en carrera le sirvió el 5-1 a Cristiano. Todo era buen rollo sobre el césped y en las gradas, más comprometidas con los hechos que otras ocasiones. 
Quizás sea porque hace una semana el Madrid tenía la Liga ganada pero ahora le toca ganarla. De suceder será con la ayuda de todos los que participan en alguna medida de este juego. La hinchada, feliz, asistió al regreso de Sahin, el gran fiasco de la temporada. Y al de Coentrao, protagonista de una fea fotografía a la puerta de de uns discoteca. El mediocentro recibió cariño y el lateral una pitada considerable. El volumen más alto, con todo, lo escuchó Benzema al ser sustituido entre el agradecimiento entusiasta de su público. Todavía faltaba el ingreso en el campo del canterano Jesé para que CR7 igualara en cariño a Karim. Todo eso sucedía a título de inventario, pues el ritmo había bajado de manera considerable. Coentrao era el que estaba más por la causa, si bien le va a costar corregir el enfado de su gente. Una gente que parece entregarse a la causa cuando llega el tramo con más curvas del año. Vendrá bien la actitud, si se prolonga.

Villarreal 1 Real Madrid 1. Conclusiones telegráficas


Las muchas dedicaciones profesionales que afortunadamente soporto sobre mis espaldas me llevaron de viaje a un lugar en el que andaba medio incomunicado el pasado miércoles. En el silencio de una fría habitación de hotel cortita de wifi soporté lo que todo el mundo pudo ver en Villarreal. Como han pasado los días y hoy el destino liguero le coloca al Madrid un nuevo desafío no voy a extenderme aunque me veo obligado a colmar la laguna con un telegrama, por tardío que resulte. Allá vamos: 

Aspecto deportivo: el Madrid juega mal y ofrece síntomas preocupantes 
Resulta evidente que el equipo blanco atraviesa una de las fases más frágiles de la temporada. Las victorias por la mínima en Vallecas o en Sevilla fueron el simple prólogo de lo que estaba por venir. Falta dominio y profundidad, las oportunidades de gol escasean y algunos jugadores fundamentales van cortitos de gasolina. El caso de Xabi Alonso es el más escandaloso, pues justo el año en el que se intentaba paliar su sobreexplotación va más exprimido que ninguno. Por si fuera poco, Casillas deja muestras de un declive preocupante por mucho crédito que se haya ganado en tiempos pretéritos. 

Aspecto deportivo II: Mourinho entra en un ataque de nervios 
Si el técnico portugués sobresale por su gigantesca capacidad para tener todo bajo control y para no dar una sola puntada sin hilo, da la impresión de que está prisionero de un nerviosismo caprichoso. La alineación del trivote en Villarreal, la súbita desaparición de un fijo como Kaká, el ostracismo -quizás ganado a pulso- de Granero, la entrada y pronta sustitución de Lass, los minutos de Altintop, la renuncia a acumular minutos de dañina posesión... Solo sucedió en la visita al submarino amarillo pero todo se antoja un poco raro. La cuestión es que parece que se ha producido un efecto contagio a unos jugadores atenazados por la duda cuando hace una semana la Liga parecía sentenciada con los diez puntos de diferencia. Mou debe recuperar cuanto antes el timón y apostar por un rumbo con determinación. 

Aspecto extradeportivo: el escándalo no trae nada bueno
Vaya por delante que el nivel de incidencia que el tal Paradas demostró en el resultado final del partido fue, a mi juicio, menor que el que reflejan los dos puntos anteriores. Los errores de apreciación en las jugadas más comprometidas revelan errores por igual. Dicho esto, sus maneras fueron sencillamente impresentables y colaboraron al resquebrajamiento de la moral madridista. Su permanente atención al banquillo, casi una obsesión para el presunto juez durante largos minutos, delatan una intención mezquina y un afán de protagonismo que sonroja. Su prepotente actitud parecía propia del típico bajito acomplejado al que colocas un bigotito y te invade Polonia al día siguiente. El tiempo que se tomó para señalar la famosa falta de Altintop que desató el caos o la señalización del final antes de tiempo también invitaron a sospechar en la plena consciencia de lo que hacía. Pero todavía quedaba algo peor: la redacción del acta. Un informe como ese supondría en el mundo de las empresas serias y profesionales un despido fulminante. ¿En qué artículo del Reglamento se establece que los aplausos merecen tarjeta roja? ¿Desde cuándo los jueces tienen superpoderes para conocer las intencionalidades profundas de los actos, sean de mofa o de lo que sea? ¿Una observación es igual a tarjeta amarilla? ¿En qué código aparece esa norma y en qué términos está redactada? Desde luego es para escandalizarse. Muchos minutos de emoción apasionada que restas a tu familia y a tus amigos para que llegue el típico español chulito a demostrarte que es un gigante con un par que está por encima de todo. Así le va a este desgraciado país. 

Aspectos de futuro: el madridismo debe reaccionar en el campo
El asunto ahora es muy claro, pues el Madrid tiene que elegir entre transformar toda la energía negativa en rabia y motivación o entregarse al virus de la duda y el victimismo para descomponerse. Centrar las fuerzas en los aledaños del esférico y no en el objeto redondo no te va a dar nada, como está sobradamente comprobado durante los últimos ejercicios. Es el momento de demostrar que la Liga no te la arrebata nadie, de demostrar el orgullo del campeón, ese que en cuanto llegan las dificultades las convierte en oportunidad y deseo de victoria. El desafío empieza hoy contra la Real y tendrá continuidad en Pamplona, el Calderón y el Nou Camp. La Liga estaba ganada y ahora hay que ganarla... Y todo el madridismo debe concentrarse en ese objetivo y remar con fuerza y decisión hacia la meta. 

Que así sea.

lunes, 19 de marzo de 2012

Real Madrid 1 Málaga 1. Perdón y Granero, dos puntos menos


Hay jugadores cuya debilidad mental les impedirá llegar nunca al límite de sus posibilidades. Granero es uno de ellos. Andaba el marcador muy apretado con el 1-0 y el habilidoso Cazorla estaba medio asfixiado en la frontal del área, sin salida ninguna. Llegó Granero como una locomotora y lo convirtió en un hombre feliz. De forma completamente innecesaria le pasó la mano por el hombro y lo derribó. Quedaba un minuto y la posición del lanzamiento era pintiparada para el mediapunta. Y no lo dejó escapar. Lanzó un disparo asesino a la escuadra de Casillas y volaron dos puntos del Bernabéu que jamás debieron perderse. 
Cualquiera podría mirar también a las oportunidades dilapidadas, aunque no es lo mismo tirar una pelota fuera que hacer una falta que no evita nada sustancial y concede una ventaja que el enemigo no se ha ganado. Cierto es que a pesar de su loable actitud el Málaga no mereció semejante premio. Tras una primera parte equilibrada la segunda fue de una clara superioridad madridista, con no muchas pero sí cristalinas ocasiones que en circunstancias normales hubieran supuesto el cierre del partido. 
Todo arrancó con un toque de Benzema que transformaba lo acrobático de una espuela en el colmo de la elegancia. Poco después y en un arranque vibrante, Rondón le exigió a Casillas una parada excelente, mientras que Isco echó fuera otra llegada peligrosa de los suyos. En el cuerpo a cuerpo el Madrid también golpeaba a su rival. Benzema y CR7 hicieron una pared en tres baldosas y el francés chutó un poco desviado. Fue el preludio del gol blanco, que llegó en un excelente centro de Ronaldo, potente y malicioso, que Benzema cabeceó en el segundo palo. Por lo demás, Isco y Joaquín ponían el arte mientras que Özil y Karim veían todos sus envites a la grande. 
Si lo más justo al descanso hubiera sido un empate, tras la reanudación el duelo debió quedar sentenciado. Lo evitó primero Willy Caballero, que le sacó a Ronaldo un mano a mano con una estirada espectacular.  Cada vez que robaba la pelota el Madrid amenazaba con matar el misterio. Los hurtos eran además frecuentes porque el Málaga empezaba a incurrir en excesivas imprecisiones. De entre todas las amenazas caseras, hubo una que conjuntó belleza y peligro. Y cuando eso ocurre, casi siempre el responsable es Özil. Le cayó la pelota ante una nube de defensas, dribló a dos, se tiró un autopase y cedió la pelota con lacito y todo. Benzema, solo y a metro y medio de la portería, rechazó el regalo mandando la pelota fuera con el pie izquierdo.
Entró Van Nistelrooy entre ovaciones y se marchó Kaka de forma casi inadvertida. Tampoco cambió mucho el escenario. El Málaga no apretaba a Casillas y daba la impresión de que era cuestión de tiempo que los blancos agrandaran la diferencia y pensaran en la siguiente hoja del calendario. Pudo pasarla si el árbitro hubiera visto un penalti sobre Marcelo, que exageró un poco la caída. Callejón, que sustituyó al brasileño, casi aprovechó un rechace de Caballero pero empotró el esférico contra el cuerpo de un jugador malacitano. Tanto perdón parecía, sin embargo, que no iba a tener castigo. Pero entonces Cazorla tiró varios recortes a la espera de que alguien le comprara el boleto de una falta al borde de la frontal que ya tenía previsto poner en la escuadra. Granero le entregó todas sus monedas. Y dos puntos volaron.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Real Madrid 4 CSKA de Moscú 1. Solvencia en espera de la pasión


En memoria de D. Ángel Sánchez, todo un señor madridista: 

D. Ángel Sánchez fue -maldito sea el pretérito- un madridista que siempre que se cruzaba contigo hacía un alarde de humor y pasión. Descontada la puntual actualidad del club apenas tratabas más temas, siempre secundarios. La conversación solía girar alrededor del último fichaje, la esperanza de una nueva temporada o el reproche formulado desde la lealtad al escudo de nuestros amores. Hasta el final le pidió a sus hijos un ejemplar de su diario deportivo. Fue merengue hasta el último aliento, que coincidió en fecha con la clasificación de su Madrid a unos cuartos de final que aproximan la recta final de la Décima, sueño por el que nos conmovería brindar en su memoria.
El objetivo se logró lejos de los alardes estéticos y con una eficacia probada. En un partido algo falto de tensión y carente de exigencias de primer orden, los pupilos de Mourinho le endosaron una goleada al animoso CSKA de Moscú. Sin dominar con claridad y con un tono más bien irregular, entregado al apetito de Cristiano Ronaldo y a la sobrenatural puntería de sus delanteros, los locales ganaron por 4-1 y aguardan un sorteo con varias novias apeticibles y solo un par de enemigos de aparente entidad. Con la mala noticia, eso sí, de la baja por sanción de Xabi Alonso.
No fue buena la imagen del Madrid en el tramo inicial. Es más, todo arrancó con un tremendo susto protagonizado por Doumbia, que se quedó solo ante Casillas en una contra urgentísima. Tuvo otro acercamiento el CSKA unos minutos después, pues la mínima descolocación blanca era reprendida con una velocidad centelleante del bloque ruso. Precisamente esa fue la virtud de la que se valió CR7 para forjar el primer riesgo de su equipo. Presionó, robó y se fue. Lo hizo todo bien menos el pase, franco para un defensa que, sin embargo, le regaló a Kaká una segunda opción que se marchó fuera en un tiro seco y raso. Lo malo es que ya habían pasado largo rato y solo entonces se inauguraba el balance de las ocasiones.
Tampoco hubo muchas más en los 45 minutos iniciales, ni por un lado ni por el otro. El juego de los de casa era discontinuo, estéril en la posesión y únicamente peligroso cuando robaba la pelota en campo contrario. Durante algunos minutos Marcelo entró como un estilete punzante por su banda aunque estuvo fallón en la entrega definitiva. Así las cosas, fue el Madrid quien golpeó en forma de gol. Llegó de una forma inesperada, pues Khedira se soltó el pelo con un recurso técnico francamente inédito: tras recibir dentro del área un envío de Özil, se dio media vuelta y le dio un pase con la zurda a Kaká, que rompía solo en el lado contrario de la jugada. El brasileño tocó la pelota con dañina intención para que Higuaín mejorara sus excelentes promedios anotadores.
Encararon los madridistas la reanudación con el viento a favor del resultado y ganas de resolver un trámite que ya se sabía poco virguero. El viento además decidió soplar a favor cuando un disparo lejanísimo y venenoso de Cristiano se lo comió un portero que al parecer se llama Chepchugov. Con 2-0 se vieron los mejores momentos del partido gracias a un dominio que ya sí era incontestable. No obstante, la mejor virtud seguía siendo la efectividad, tanta que a Benzema no le llevó ni medio minuto marcar desde que saltó al césped como relevo de Higuaín. Asunto liquidado. 
El rato que restaba fue un postre curiosillo para una comida solvente aunque poco memorable. Tosic firmó un golazo desde fuera del área que la afición rusa festejó como si el mundo fuera a acabarse en un suspiro. Y Benzema demostró su variado repertorio cuando le cedió de forma generosa el 4-1 a Ronaldo, que sigue engordando sus números de forma insaciable. Poco más. La funcionalidad lo había presidido todo como en un prólogo de encargo. En breve seguro que llega la proverbial pasión del madridismo profundo, esa virtud de la que suele hacer gala en Europa el escudo más glorioso del planeta. Virtud que con tanto carisma representó también D. Ángel Sánchez. Va por él.

domingo, 11 de marzo de 2012

Real Betis 2 Real Madrid 3. La Liga tiene un color especial


Tres puntos que se antojan definitivos en un duelo eléctrico. Ese fue el tesoro que sacó el líder en la noche del Villamarín, vertiginosa y apasionada como pocas. Jugaron los hombres dirigidos por Mel sin complejos y propiciaron un permanente ataque de nervios. La incertidumbre en el marcador sobrevoló la hora y media de tensión, casi insufrible, que tuvo que soportar el madridismo. Gracias sobre todo a la pegada de Higuaín y a la del depredador Ronaldo, ese al que algunos seudoespecialistas acusan de marcar goles sin cualidades decisivas y para la galería, se ganó un partido más y se restó uno menos del calendario. Lo de anoche sabe a gloria en forma de título liguero, aunque habrá que seguir aguantando mucha presión para gozarlo del todo.
Saltaron los verdiblancos a jugarse la vida y obtuvieron un gran premio con el gol de Molina. En uno de sus veloces zarpazos, Castro hizo un control en el que pareció ayudarse involuntariamente con la mano y le cedió el gol a Molina, inmisericorde ante Casillas. La ventaja era fruto de una intensidad generosa en defensa y de una salida muy rápida y precisa en la circulación. Algunas imprecisiones de los de rojo colaboraron a la causa, especialmente en la banda derecha que ocupaba un naúfrago Arbeloa. Entre él y Khedira representaron la falta de equilibrio, montentánea en todo caso, de un equipo poco acostumbrado a recibir tanto achuchón. 
Tampoco en ataque lució excesivamente el Madrid durante la primera mitad. Özil estuvo impreciso, CR7 intermitente y Xabi Alonso poco participativo. Con todo, el mediopunta germano tuvo un instante de iluminación y le metió un excelente pase al hueco a Higuaín. El argentino arrancó, miró al juez de línea para comprobar que estaba en posición legal, aguantó la arremetida de su marcador y mandó un derechazo inapelable a la red. Su gol hace el número 17 de la Liga, cifra escandalosa por la ratio entre minutos jugados y efectividad.
La segunda parte subió todavía más la temperatura. El intercambio de golpes parecía propio de dos púgiles obsesivos y dispuestos a todo, como si el mundo fuera a apagarse definitivamente en cuestión de minutos. Fueron ligeramente superiores durante un buen tramo los visitantes, en gran medida gracias al crecimiento de un Xabi Alonso que fue a más. En una incursión de Marcelo, cuyo control se fue largo, CR7 se coló con pillería y adelantó a los suyos con la zurda. La alegría duró muy poco, pues Arbeloa parecía empeñarse con su sonrojante actuación en que sus compañeros no regresaran a la capital con el botín completo. A la salida de un saque de esquina, otro más, el impreciso lateral intentó un control con el pecho que en realidad fue un regalo con lacito para Jeferson Montero, de largo el más peligroso de su escuadra. 
El 2-2 llegó con media hora todavía por disputarse. En ese instante los acontecimientos ya tenían lugar sin Iturralde sobre el césped, pues tuvo que ser sustituido por el cuarto árbitro durante el descanso, al parecer por una lesión muscular. El chaval que saltó al rectángulo no se dejó devorar por la ebullición ambiental, dejó jugar y sufrió la reclamación de un par de jugadas polémicas en el área de Casillas. Xabi Alonso, por ejemplo, vio cómo el balón le tocaba en la mano tras un mal control, acción gemela de la que propició el tanto inicial del Betis. Y, por volar con la imaginación un segundo hacia el final, tampoco señaló el juez la mano que se reclamó de Ramos, inexistente tras el roce real de Marcelo con una muñeca que tenía cosida a la cadera. Aunque extraordinariamente dudosa, la resolución parece correcta. 
Zanjada la polémica arbitral, pan nuestro de cada partido por el empeño de quienes se sienten perjudicados al tiempo que airean unas influencias federativas que deberían investigarse a fondo, queda el talante liquidador de CR7. De nuevo apareció solo en el lugar exacto para transformar un rechace en una diana letal. Y se quedó a centímetros de sumar otro en un derechazo que se le marchó por casi nada. Suma 32 y huelga comentar lo que eso significa en 27 partidos disputados. Todas las palabras del diccionario se quedan cortas antes semejante animalada. A su colosal intervención se debe gran margen de la conquista en un campo desafiante y ante un enemigo aguerrido que no se ahorró ningún esfuerzo. Se ve luz al final de un túnel por el que ya transita, de feliz regreso, Benzema. Y se aguarda pronto a Di María. Queda menos y parece que estarán todos. La Liga tiene un color especial.

domingo, 4 de marzo de 2012

Real Madrid 5 Espanyol 0. Manita e Higuaín


Pasó el Madrid por encima del Espanyol y lo dejó en nada. La escuadra dirigida por Pochettino pareció un frágil juguete en las manos de un niño destructor, algo que apenas le ha sucedido durante toda la temporada. Y eso que los blancos arrancaron con mesura y se desplazaron con la cuarta velocidad metida. Da igual. La primera dentellada siempre es un aperitivo y para el líder marcar en casa suele ser empezar a golear. Es más, la manita se quedó corta para las innumerables oportunidades que generó y solo la inspirada actuación de Casilla -sin 's'- impidió un marcador más abultado. Cuando juegan bien Higuaín, Özil, Kaká y Cristiano lo único que puede suceder es que alguien cobre a base de bien.
Una torpeza de Raúl Rodríguez y una afortunada presión de la delantera, le abrió de par en par la puerta de la victoria a los madridistas. Higuaín, habilitado por Özil, fue generoso y le puso la pelota franca a Cristiano, que firmó con un zurdazo su trigésima diana, qué bárbaro, del campeonato. El gol dejó un poco aturdidos a los periquitos, si bien el escenario no cambió en demasía. Los visitantes no apremiaban y los locales aguardaban pacientemente la oportunidad de propinar un golpe casi definitivo.
Y llegó. Una preciosa triangulación entre Khedira, CR7 y Özil fue rematada por el mediocentro, quien tuvo una incursión poderosa y finiquitada sin piedad. La belleza de la acción maquilló el otro gran tema de la primera parte, bastante más feo: el pésimo estado de forma de Carvalho, fuera de sitio y divorciado de toda concentración. Su actuación fue lamentable e incluyó un par de cesiones comprometedoras a Casillas que fueron lo más peligroso del Espanyol en toda la noche. El Bernabéu, sin embargo, se excedió en el reproche y silbó al portugués con desmesura dada la placidez de la velada. 
Desde luego, se trata de un estadio implacable, capaz de pasar del enfado a la felicidad colectiva en medio segundo. Así fue cuando CR7 se marchó en velocidad y cedió a Higuaín el tercero, que no subió al electrónico como consecuencia del desacierto en el remate del argentino y de la estirada milagrosa de Casilla. Solo unos segundos después, el guardameta estuvo a punto de comerse un disparo lejano y venenoso de Ronaldo, pero ya no se alterarían las cifras. 
Para que eso sucediera hubo que esperar a la reanudación. Kaká, participativo y acertado durante toda la noche, le dio en carrera un pase excelente a Higuaín y el 'Pipa', víctima del periodismo esquinero durante la semana, se sacó de encima cualquier asomo de ansiedad con un preciso remate con la zurda. Ganaba el Madrid 3-0 y el Espanyol parecía que ni se había enterado. A partir de ahí los espacios fueron como un pedazo de carne fresca y sanguinolenta en la cara de un tiburón. Si había viajado en cuarta durante el arranque, la inercia de los hechos obligó al cochazo a meter la quinta y a dar unos cuantos y vibrantes acelerones. 
Este equipo no es capaz de administrar esfuerzos porque su código genético está diseñado para el derroche. Una vez tras otra, los delanteros se plantaban ante el marco 'perico'. CR7 desaprovechó un par de llegadas francas, pero Kaká no perdonó y rubricó su notable actuación con un preciso gol que ponía fin a un preciso contragolpe. El brasileño, no obstante, puso la guinda al pastel con un maravilloso regate y una cesión a Higuaín, que marcó su segundo tanto particular y el quinto de los suyos. La ovación al atacante argentino cuando fue sustituido por el canterano Morata, se convirtió en un acto de justicia poética del madridismo ante los rumores escandalosos que algunos venden como noticias.
El ambiente ya era muy festivo, mientras Varane, que había entrado por el desafortunado Carvalho, mejoraba con madurez las prestaciones del veterano luso. Morata se quedó a poco de completar el baile después de que CR7 le diera una magnífica asistencia, pero Casilla sacó una mano milagrosa. Puestos a sacar punta, y siendo muy exigentes, Mourinho insistió en no dar descanso a Xabi Alonso cuando el pescado estaba vendido. El tolosarra lo juega todo cuando no tiene sustituto y su posición es de una exigencia física innegable, por lo que las invitaciones al ahorro de combustible deberían aprovecharse. Bendito debate, en cualquier caso. Solo la superioridad y el ventajoso liderazgo permiten entretenerse durante largos minutos en matices así. Que dure.