Sí, al día siguiente del sabotaje se hizo la luz. No es una forma muy original de iniciar esta crónica, sabedores todos de que los juegos de palabras de unos y otros se moverán en los mismos términos. La falta de originalidad también se vio sobre el verde de Vallecas, pues se cumplieron los roles dados los antecedentes. El Rayo, una escuadra incómoda y con carácter, encimó al lujoso vecino, que opuso calidad y velocidad. Fruto de esos méritos sacó el Madrid sus primeros tres puntos como visitante, hechó que por fin llegó, aunque tuviera que ser menos de 24 horas después de una de las imágenes más bochornosas de la que califican algunos iluminados como "la mejor Liga del mundo".
El 0-1 fue casi la única luz destacable durante larguísimos minutos. En una contra de vértigo, Di María levantó la cabeza y vio el desmarque de Benzema, al que concedió la llave para que abriera la puerta del triunfo. En un tono general de naturaleza rocosa, el Madrid al menos estuvo sólido y acumuló un número no excesivo pero sí razonable de oportunidades. De entrante tuvo una Pepe, en el segundo palo y al saque de una falta, pero Rubén se estiró y mandó la pelota a saque de esquina. El cancerbero, de lejos el más entonado de los suyos, suspendió todas las oposiciones a las que se presentaron los visitantes. Le hizo pequeña la portería a Modric, que estrelló el esférico contra su cuerpo en un uno contra uno. Y repitió la estirada a Pepe ante Benzema, que había aprovechado un pase largo para bajar magníficamente el esférico antes de intentarlo con el pie. Pero no.
El 'no' solo pudo ser 'sí' para el Rayo en lo que es una pesadilla terrible para cualquier seguidor blanco: el balón parado. Uno de ellos estuvo a muy poco de convertirse en el empate y por partida doble en la misma acción. Casillas reaccionó con reflejos al cabezazo a bocajarro de Delibasic y Xabi Alonso despejó mal para, a continuación, sacar con su pecho y sobre la línea un remate de Casado que ya celebraban los parroquianos.
Pudieron celebrar de nuevo nada más arrancar el segundo tiempo, cuando a Arbeloa se le apagaron todos los focos y le cedió una pelota a Batistao, que no fue capaz de aprovechar el regalo. Los minutos empezaron a pasar y el relato entró en una de esas fases de indefinición que suelen terminar de cualquier manera. Sin embargo, la fase de suspense pudo acabar si Fernández Borbalán hubiera aplicado la ley de la ventaja en una acción que rubricó Benzema cuando el árbitro ya había pitado. El lance fue complicado de enjuiciar, eso es verdad, pues el francés estaba realmente adelantado, si bien el pase previo procedía de un rayista.
Insistente y competitiva, la escuadra vallecana estuvo casi siempre metida en el trámite. Xabi Alonso, además, la alentó un poco más con una pérdida infantil que resolvió de inmediato con un placaje escandaloso. No está bien el donostiarra y no lo está por cuestiones claramente físicas. Tampocó estuvo ni siquiera notable Modric, más bien inédito. Le dejó el puesto a Özil, que anduvo un poco más participativo que el croata cuando los espacios se abrieron. Y eso sucedió en una medida importante después del 0-2, anotado por Cristiano al transformar un penalti cometido de forma flagrante por las manos de Amat.
Marcó el Madrid justo cuando el aspecto de la visita al popular barrio empezaba a ponerse más feo. A partir de ahí, debió llegar una abultada goleada, pues en velocidad y con el rival abierto el bloque dirigido por Mou no admite émulo. La sucesión de llegadas fue incesante: ya en el juego, Higuaín no llegó a una cesión de Cristiano. Sin solución de continuidad se alternaron los roles y fue el argentino quien habilitó al luso, que a puerta vacía estrelló el objeto redondo contra el palo al tocarlo en pifia. No hubo, sin embargo, acierto alguno que sumar, pues cuando llegó -Özil marcando tras excelente combinación- Borbalán lo anuló injustamente.
Y así se fue apagando Vallecas. Como Mourinho no es el tipo que más practique el discurso políticamente correcto del planeta le entregó a sus críticos un cambio final de Khedira por Di María. Acabó con el famoso trivote sobre la hierba, con Xabi, Khedira y Essien, por cierto muy solvente en todo lo que ejecutó. Ya no habría tiempo para más, salvo el recado del centro del campo, pues cogerle el aire a la competición de la regularidad va a pasar, indiscutiblemente, por el Nou Camp. Allí será la próxima salida, una final anticipada para el vigente campeón por un inicio que costará remediar.
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@michihuerta
Si, "se hizo la luz". Esperemos que no se apague durante el resto de la temporada, para el 7 de Oc. la vamos a necesitar con intensidad solar. ¡Hala Madrid!
ResponderEliminarSaludos. LEG