Las resacas suelen ser muy desagradables, especialmente cuando las borracheras que las preceden las disfrutan otros. El Madrid pareció pagar anoche parte de la factura del fiestón azulgrana del lunes con una primera parte espesa y poco iluminada que hacía más visible la senda de la duda. Después del descanso, sin embargo, despertaron los hombres de Mourinho y se llevaron un duelo fiel al guión de las visitas valencianas al Bernabéu, con sus piques sobre el césped, sus árbitros desquiciantes para todos los comparecientes y sus gritos de "nos vamos a París" en recuerdo de la "octava". Ingredientes a los que hay que sumar a Cristiano Ronaldo, autor de las dos puñaladas que retrataban el marcador al final del partido de la resaca.
Lo jugó el conjunto madridista mientras el Barcelona seguía despachando fuera de horario su trámite pamplonés, disputado, a diferencia de otros clubes que se desplazaron mucho antes y mucho más lejos dada la huelga de los controladores descontrolados, cuando le dio la real gana. Con el ambiente enrarecido por el sainete azulgrana, el madridismo demostró en los 45 minutos iniciales madurez y paciencia, rasgos que le hacen mucha falta a la entidad. Virtudes tan poco frecuentes en la parroquia de Concha Espina salieron a flote el día que su entrenador apostó por lo que muchos piensan que quiso hacer, sin atreverse, en el Nou Camp: saltar al campo con tres mediocentros, todos distintos en ataque pero muy educados en el cumplimiento de los deberes defensivos.
El Madrid del trivote ofreció un fútbol mediocre y permitió la comodidad de un Valencia que dio sensación de amenaza durante algunas fases. Su rival no dominaba las artes del juego que pasan por la zona ancha y echaba de menos una referencia arriba, ya que además de con el trío musculado los blancos arrancaron sin delantero centro. El campo se volvió muy grande y el equipo se hizo muy largo. Muy de cuando en cuando, aparecían Özil o Di María y surgía la sospecha momentánea del gol. Así las cosas, un mano a mano que Khedira no supo resolver fue la única ocasión de verdadero riesgo que los locales generaron antes del receso. Corto botín al que había que sumar la congoja –que no riesgo en forma de oportunidades nítidas– provocada por Soldado, Joaquín y Mata, molestos merodeadores de las inmediaciones de Casillas.
La segunda parte fue, sin duda, otra cosa. Influyó en el cambio de inercia la entrada de Benzema, más por la racionalidad con la que pasaron a ocuparse los espacios que por su aportación individual. Quien aprovechó el nuevo orden, por enésima vez, fue Cristiano Ronaldo. Primero culminó en veloz carrera y con la zurda una asistencia maravillosa de Özil, lo más parecido a Magic Johnson –'el padrino madridista', habitual de este blog, dixit– que se ha visto en la Castellana desde Laudrup. Al rato, el portugués protagonizó una cabalgada eléctrica que comenzó en la línea divisoria y culminó en el balcón del área chica con un derechazo mortal.
Muerto el suspense uno podía dedicarse a reflexionar sobre otros aspectos puntuales del envite, como por ejemplo Pérez Lasa. El árbitro expulsó injustamente a Albelda tras perdonarle el camino al vestuario a su compañero Bruno, quien sí lo mereció. Preso de un permanente ataque de mala conciencia, el trencilla miró para otro lado cuando Di María sufrió un penalti clamoroso al que habría tenido que aliñar con el color rojo de la tarjeta. Y repartió faltas con la calculadora de la compensación siempre en la mano.
Todo el mundo acabó descontento con el juez y todo el mundo tenía argumentos para justificar su desagrado. Lo cierto, sin embargo, es que la victoria fue justa sin presumir. El Madrid de la última media hora superó a su rival con el estilo que le hizo temible antes de la traumática visita al Nou Camp. Llegó con precisión y velocidad al marco valenciano, donde se empeñó en desaprovechar oportunidades como la de Di María, solo ante la portería y con todo el tiempo del mundo para ejecutar. Hubo otras que también se fueron al limbo y que hubieran ahorrado misterio a una afición, madura y paciente, en plena reconstrucción de sus ilusiones.
"Lo jugó el conjunto madridista mientras el Barcelona seguía despachando fuera de horario su trámite pamplonés, disputado, a diferencia de otros clubes que se desplazaron mucho antes y mucho más lejos dada la huelga de los controladores descontrolados, cuando le dio la real gana".
ResponderEliminarCreí que eras más racional, menos roncerista. Qué patética obsesión tenéis ahora con el Barcelona, lo que ya se ha comentado anteriormente aquí mismo. A medio país le ha afectado la extorsión de los controladores, pero ahora vais con la cantinela ésta del favor federativo y de que poco menos que habría que darle el partido por perdido por empezarlo tarde. Es terrible, tristísimo para una entidad que sin duda es la más laureada del mundo. Habrá quien se acuerde de lo de ayer si el Barça gana la liga por menos de tres puntos de diferencia.
Lo dicho, y la idea no es mía. El primer Barça de Núñez era también así: un complejo de inferioridad enorme, unas grandísimas ganas de encontrar fantasmas a todos los niveles, muchísimo dinero para fichar a los más caros del mercado. Y pocos títulos, muy pocos. Bastaba con ganarle el clásico al Madrid y en culpar de todo a Pablo Porta, o a Franco, o al lucero del alba.
Javi, al leer tu comentario sólo me viene a la cabeza eso de "excusatio non petita, accusatio manifesta".
ResponderEliminarNuestro bloguero ha hecho una detallada disección del partido de Madrid anoche, y ha hecho una pequeñísima referencia a un tema que ayer estuvo en boca de todos (y que por cierto se comenta por si mismo).
Interesante y acertado me parece el análisis realizado por la actuación arbitral. Todos tuvimos motivos de queja. Y puedo entender cabreo en la parroquia ché por lo de Albelda (creo que no fue justa la expulsión), y casi también algo por la falta a Banega medio minuto antes del segundo de Ronaldo. También puedo entender críticas entre los madridistas por el penalty a Di Maria y expulsión a Miguel. Pero intentando hacer un análisis más frio el portero del Valencia hizo 5 o 6 paradones mientras Albelda estuvo en el terreno de juego. Desde mi punto de vista, e intentando ser objetivo, el Madrid se mereció la victoria antes y después de la expulsión.
Ahora,a intentar llegar con más victorias a final de año... y que se resuelva el tema Higuain, ¡por favor!
Para templar los ánimos os sugiero la siguiente lectura (una historia de leyenda balompédica escrita por mi cuñado):
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/blogs/elmundo/zidaneando/2010/12/03/el-mundial-de-streltsov.html
Sólo una cosa para terminar: Hace ya tiempo que el Real Madrid perdió su condición de Arquetipo. Tal vez pueda recuperarla de nuevo o tal vez no. Mientras tanto "no queda sino batirnos".
Si no metes lo de Pamplona en la crónica revientas, jaja.
ResponderEliminarInteresante artículo el que he encontrado en Sportyou, hablando del "retraso" del Barça. Injustificable, aunque lo defiendas, Javi.
ResponderEliminarhttp://www.sportyou.es/blog/futbol/2010/12/04/villarato-en-grado-sumo-248211.html
Muchas gracias, José Ángel. Yo también dejo por aquí el artículo publicado por Ramón Besa, jefe de deportes en Cataluña -ese país que tan poco pinta- del diario El País.
ResponderEliminarPuede que él también sea un roncerista irracional que reproduce los males de Nuñez.
http://www.elpais.com/articulo/deportes/ridiculo/espantoso/elpepidep/20101205elpepidep_3/Tes
Acertada la crónica, como siempre, Michi. Pero el asunto del viaje del Barça lo ha eclipsado todo. Lo mismo da si ganan, pierden o empatan. El Barça es la referencia.
ResponderEliminarLo mismo da que el Real Madrid juegue sin delanteros en el Bernabeú, que Mourinho tire la toalla y hable, por primera vez en su vida, de que está siendo perseguido, como su club, y que el beneficio neto se lo lleva el Barcelona.
Javier Ortiz y Alfiz lo han dicho antes que yo: el Madrid ya es el barça de Núñez y todos nosotros aquellos barcelonistas que todos los años decían aquest any, sí, y que, a las primeras de campo, decían que el Madrid era el equipo del gobierno, de la federación, de franco o del rey...
Así, así, así gana el Madrid era la cantinela de la época. De otra época.
Pues, viendo la obsesión que hay en Barcelona por todo lo que atañe a Cristiano Ronaldo/Mourinho, yo creo que la referencia sigue siendo el Real Madrid. Además, eso demuestra que en Barcelona tienen la actitud de siempre (en lugar de disfrutar de su juego/equipo, se preocupan más de lo que hace/ dice Cristiano/Mourinho, etc.).
ResponderEliminarAsí mismo, veo lógico y normal que se comenten ciertos temas que se producen en Barcelona (como la Guardiolada). Si lo que pasó el otro día, con el famoso viajecito, llega a tener como protagonista al Real Madrid... Pobre Mourinho (lo que le faltaba para que justificar su linchamiento público). En ese sentido, es gracioso que hasta cuando Mourinho opta por una postura discreta (estar más tranquilo) también es cuestionado. Mou sólo ha declarado que existen unas normas para él y otras para el resto... Y es una gran verdad: lo de las tarjetas se ha hecho toda la vida y nunca se ha sancionado, pero, en este cas,o parece que no se sancione la acción, sino que ésta sea captada por la tele (que es la única novedad).
Por cierto, parece que (si la filtración es real) un madridista va a ganar el balón de oro
http://www.youtube.com/watch?v=z_yV4cv7fE4
:)