Ganó el Madrid con suficiencia en su visita al colista y lo hizo en otro partido áspero pues, muy por encima de potenciales, si hay un equipo contra el que está prohibida la placidez es el dirigido por Mourinho. Puso ganas, a ratos demasiada, el Real Zaragoza. Metidos en una espiral de tintes autodestructivos, los de Aguirre protagonizaron un derroche de entrega alentado desde la grada aunque estéril. La diferencia entre los dos conjuntos es tanta que a los visitantes les bastó con no rajarse y con las intervenciones definitivas de Özil, Cristiano y Di María, autores de tres tantos que pudieron ser algunos más. Los puntos y el debut de Morata en las postrimerías son buenas noticias, si bien las tarjetas vistas por Marcelo y Xabi Alonso constituyen un par de lunares demasiado notorios de cara a la próxima visita del Sevilla al Bernabéu. Dos lunares innecesarios, por cierto. Pero, como diría Jack "el destripador", vayamos por partes.
Salió empanado el Madrid y le pudo costar bastante caro dada la efervescencia de los locales. Un tiro cruzado de Lafita fue el uy más sonoro que durante el arranque pronunció al unísono la Romareda. Pero al Zaragoza se le fue toda la espuma de su pequeña botella en ese tiempo y se quedó sin sustancia ofensiva para el resto. Por contra el Madrid empezó a crecer y se fue adueñando poco a poco del partido hasta rematarlo hacia el final de la primera parte con un golazo por la escuadra de CR7, en la impartición de su enésima lección magistral sobre la praxis del libre directo en la frontal del área. Era el 0-2 que, precedido del tanto de Özil en uno contra uno y sucedido a los dos minutos de la reanudación con una vaselina de Di María, acabó con cualquier sospecha de reparto del botín. Ni siquiera el penalti, transformado por Gabi, supuso más que un momentáneo e inane calentón del conjunto maño.
Y eso que no tuvo delante al mejor Madrid de la temporada. Hubo una cierta sensación de control, contragolpes vertiginosos que se fueron al limbo y sudor por litros. Faltó sin embargo algo de calidad, si bien tanto Benzema como Lass -pareja de franceses con tendencia al autismo- empiezan a ganarse el puesto. Uno por aumentar sus dosis de celo profesional y por su permanente movilidad, virtudes que disimularon su falta de puntería en dos ocasiones nítidas. El otro por mejorar en casi todo a Khedira, especialmente en la recuperación de la pelota, en el empuje y, quién lo iba a decir, en el pase intencionado a sus compañeros de arriba.
En el lado más atractivo del escaparate también puede mirarse la actuación de Di María, siempre presto cuando el duelo, como sucedió anoche, se pone muy argentino. Además debutó otra promesa de la cantera en La Romareda, con el sentido simbólico que el detalle posee gracias al recuerdo del gran Raúl. Cerca estuvo Morata, además, de enchufar la primera pelota que tocó, pero Leo Franco se anticipó para frustrar una fiesta que en cualquier caso no hubiera sido del todo completa dadas las tarjetas amarillas que vieron Marcelo y Xabi Alonso. Se quejó Mou con algo de razón en sala de prensa, pues varios jugadores del Zaragoza protestaron o pegaron más que el brasileño y el donostiarra y se fueron de rositas. El agravio comparativo no oculta, sin embargo, tanto la justicia de las sanciones a sus pupilos como la impericia demostrada justo antes de una visita comprometida como la del Sevilla y justo cuando está lesionado Sergio Ramos. Tendrá que hacer el técnico portugués un apaño para despedir el año liguero de la mejor manera posible y con el deber, para el siguiente, de mayor oficio para dominar todos los detalles de una competición que no admite resbalones.
No sé, Lass me parece digno de elogio, pero algo falla: es demasiado generoso en su derroche y eclipsa a Xavi Alonso (es como un Makelele acelerado para mal).
ResponderEliminarPor otro lado, empieza a carecer de emoción esto de la liga escocesa (ver que parece imposible que el Barça falle es frustrante. Imagino que los culés tienen la misma sensación). No es culpa de nadie, pero añoro las visitas difíciles en las que había que ganarse el sueldo (y no por recibir patadas). Espero que Sevilla y Español (más el Español, claro) me saquen de mi error.
Los pocos comentarios a la entrada, excelente como siempre, deja a las claras para lo que hemos quedado.
ResponderEliminarCómo me jode ser pesimista, pero no me acabo de creer eso de que esto es una liga escocesa. Aquí no pelean dos. Uno está tan, tan, tan por encima del resto...
Gracias, Jaime, por tus amables palabras.
ResponderEliminarLa verdad es que se aprecia en el blog un estado depresivo del que imagino se ha contagiado el madridismo en general. Será mérito de la plantilla y del entrenador no incurrir en el fatalismo, pero lo cierto es que existen razones demasiado fundadas para asumir que el "innombrable" está en un nivel muy superior.
Eso sí, a la camiseta blanca hay que exigirle que nunca se rinda y por eso seguiremos al pie del cañón en este humilde rinconcito que quiere mantener viva la llama madridista, incluso por encima de los resultados.
Un abrazo y espero que el personal vuelva a dejarse caer por aquí, pues había "colaboradores" habituales de un nivel muy notable.
Tenéis razón joder, siento reconocerlo pero después del palo me esta costando mucho siquiera hablar de fútbol, grande Michi como siempre en tus crónicas y haber si nos recuperamos un poco animicamente de este estado. En lo mas profundo de mi corazón deseo que esto solo sea un golpe de esos que da el fútbol, que por eso es fútbol, y que volverá a salir el sol, de esto estoy seguro. Un abrazo.
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