Otra vez Mou. En la víspera del apasionante carrusel de clásicos que se nos avecinan, no se habla ni se escribe sobre otra cosa: el entrenador luso del Real Madrid ha plantado a los chicos de la prensa. De hecho ha sido un plante verbal, pues de cuerpo presente sí que estaba. El que hablaba, sin embargo, era el segundo entrenador. Y a Aitor Karanka le dejaron los presuntos profesionales españoles con la palabra en la boca.
Pues bien, otra vez deberíamos escribir sobre la equivocación de Mourinho. Ninguna estrategia merece poner en riesgo algo que se parezca al buen nombre propio y al de la institución a la que se representa. Vivimos en una sociedad mediática y hoy se amplificaba el anuncio de la marca más que nunca. Estamos, quizás, ante un gesto de una educación dudosa. Sí, todo eso puede ser. Pero de nuevo, una vez más, se sobredimensiona el asunto y muchos se entregan apasionadamente a un hipócrita rasgamiento de vestiduras.
Veamos. Hace algunas semanas,
Juan Antonio Alcalá se descolgó en
El partido de las 12 con una supuesta información que se había gestado en una charleta con un tal "señor Real Madrid" (sic). Según anunció con la solemnidad de los hallazgos excepcionales, el club iba a solicitar a las autoridades competentes un mayor celo en los controles antidopajes porque no se fiaba del rendimiento del Barcelona... ni del Valencia. Evidentemente, se lió parda y Alcalá tuvo que recular ante el aluvión de querellas y de desmentidos. Alguien que adora dar lecciones de periodismo con su "esto es información y esto es opinión" debió de hacer pellas el día en el que un profesor explicó en su Facultad que sólo es información un hecho contrastado y que la filtración de una sola fuente no es noticia. De ser así, Bernstein y Woodward se hubieran conformado con escribir de inmediato y del tirón lo que 'Garganta Profunda' les contó sobre el presidente Nixon... y nos hubiéramos quedado sin el 'Watergate'.
Por otro lado, hoy mismo ha caído en nuestras manos
este artículo de Diego Torres publicado en
El País. Su contenido constituye otro vívido ejemplo de la degradación del periodismo deportivo español. La que durante lustros ha sido la cabecera de referencia en cuanto a calidad de los quioscos hispanos acoge en sus páginas un monumento al cotilleo infame, preñado de chascarrillos de portera, con sus motes, sus medias verdades y sus leyenditas esquineras. La lectura produce el mismo sonrojo y la misma vergüenza que ver y escuchar durante más de dos minutos cualquier programa cutre de Telecinco. Una sensación, por cierto, bastante familiar para quien se deje caer por cualquier tertulia televisiva o por los informativos más exitosos del ramo. Y eso por no hablar de algunas portadas de la prensa futbolera.
Pues bien, es exactamente a todos éstos a los que hoy Mourinho no ha dirigido sus impresiones. En una sociedad ideal, ésa a la que todo ciudadano crítico debería aspirar, el desaire del técnico merengue hubiera sido difícilmente justificable. Pero resulta que los que ahora apelan al inviolable derecho del público a ser informado hace demasiado tiempo que dimitieron de su misión profesional más sagrada. Así que mejor que no cuenten con la solidaridad ofendida de una buena parte de los seguidores, en quienes se escudan para seguir practicando el escándalo en lugar de dar cuenta de hechos veraces y de analizarlos con rigor. Hechos y no zarandajas de verdulería.
totalmente de acuerdo contigo,ya esta bien de tolerar que la prensa deportiva se crean con el don de la verdad y la razon.Mourinho es un liante y follonero,pero hoy hay que felicitarle,para que diga tonterias mas vale que este calladito y no caliente mas estos partidos,porque esto solo es deporte,es solo futbol.Y algun dia tendremos alguna desgracia,porque locos hay por todos lados,y esto ultimamente parece la guerra(en parte gracias a periodistas de dudosa capacidad mental.......)
ResponderEliminarEs la institución la que selecciona sus portavoces. Nunca, repito NUNCA, es la prensa la que elige quién debe ser el protavoz
ResponderEliminarLa prensa no tiene derecho a pedir tiulares para sus portadas. Y mucho menos a fabricarlos ella cuando se les niegan. Esta es mi opinión sintética sobre lo que ocurrió ayer. Si un entrenador decide que tácticamente no es bueno que hable antes de un partido, la prensa no tiene derecho alguno a imponerle la conducta contraria. En cuanto al caso de Diego Torres, constituye una patología de tal calibre que da que pensar que no haya una posición editorial detrás de las posiciones del periodista. Estaríamos hablando de la agenda oculta de los medios. Un tema que da para mucho. Felicidades por tu post. @Chamartin4ever
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo, de hecho parece que nos hemos puesto todos de acuerdo en los blogs madridistas para comentar este asunto. Destaco en lo que has dicho una frase del final, en la que dices que en una sociedad ideal el desplante hubiese sido difícilmente justificable...y es que es verdad, pero también en una sociedad ideal Mourinho no hubiese decidido callar, porque los periodistas buscarían informar sin manipulaciones....pero en fin. Esto es lo que tenemos.
ResponderEliminarVivimos en un país en el que el canal más visto es Telecinco, cuya programación se basa en echar mierda unos encimas de otros durante todo el día, a todas horas. Que esperamos? Esto también tenía que pasar en el fútbol, la gente lo consume, así que es imposible no tener esta prensa a menos que todo el mundo se conciencie...y eso será complicado.
Lo que de verdad ha quedad claro, por cierto, es que los madridistas estamos con nuestro entrenador. La prensa no es fútbol, sólo es un medio de comunicación.